A Conferencia Episcopal vén de elixir como presidente a "un tal Blázquez", o bispo de Bilbao, que substitúe no cargo a Rouco Varela, un home feo de corpo e de pensamento, a outra besta de Vilalba. Como ateo debera realmente darme o mesmo, mas non é así: alégrome moito de que tal sucedese, de que por fin o galego atroz desapareza do prime time. Escolher a Blázquez supón para a Igrexa optar pola moderación e o sentido común dun xeito inequívoco; sexa como for, Blázquez é necesariamente melhor que Rouco, pois hoxe por hoxe á dereita deste xa só fican Gea Escolano e o ex-ministro Ángel Acebes. Durante o seu mandato Rouco Varela, o abominável bispo das cavernas, exerceu -porque lhe deixaron- non só como xefe da Igrexa senón tamén como guía moral do governo, como se fora unha especie de Ministro de Asuntos Relixiosos nun estado que segue sendo, grazas a Deus, constitucionalmente laico.
No sucesivo Rouco adicarase ao que lhe é proprio: a casar princesas e a bautizar filhos de infantas. Todo para el. Que o disfrute.
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Siento aguarle la fiesta, pero Blázquez es más de lo mismo, no en vano fue auxiliar de Rouco en Santiago. Blázquez es un 'kiko', es decir, un seguidor del Camino Neocatecumenal de Kiko Argüello (sí, el de las pinturas de la Almudena). Para que se haga usted una idea, destituyó al delegado de juventud del obispado para los barrios de Deusto y San Ignacio porque había apoyado la declaración pública de un homosexual católico en un encuentro juvenil en Urkiola...
miento: el delegado no apoyó la declaración, su error fue no prever que iba a leerse la misma en un encuentro en el que estaba presente el propio obispo, al que casi se le cae el báculo.
Yo coincido con Pawley en que me parece mejor que Rouco Varela, desde la misma distancia con que los civiles, perdón, laicos, debemos mirar estas cosas que tarde o temprano nos acaban incumbiendo todavía en el siglo XXI. Y me parece mejor porque con éste he tratado varias veces en persona y me pareció bastante distinto en formas y maneras (que no es poco para esta ralea de megalómanos retorcidos), y en su momento incluso me pareció alguien que podía tener agallas debido a su comprensión con el tema de la insumisión y otras diversas conquistas sociales similares.
Las agallas se las dejé de adjudicar cuando vi que no vacilaba en practicar la homofobia oficial (no del todo coherente) eclesiástica, algo que tampoco representaba precisamente al total de curas del obispado que ocupó cuando le conocí (en su caso quizás debería decir "okupó", por la inicial oposición mayoritaria de los sectores parroquiales locales, compuestos por clero y laicado practicante, que se encontró a su llegada, tras ser ignorados los tres primeros candidatos más votados).
Sin embargo, y aún a riesgo de que realmente se convierta en otro nuevo "Monseñor Michavila" (que es un conocido cabeza de lista de los Legionarios de Cristo, homófobos por principio, y sin embargo ex-ministro en un gobierno formado por otros conocidos miembros de distintas sectas igualmente integristas o más que los "kikos", como son el Opus Dei o los citados Legionarios), a priori y con la experiencia personal me sigue pareciendo bastante más esperanzador para los que estamos hartos del rancio fundamentalismo de esa institución, que se suele atrever a pedir el voto de un partido en concreto (sin siglas, claro) o ninguno y que agrede las libertades de tantas personas no religiosas.
Seguramente Blázquez no tarde en darnos titulares no muy lejanos al anterior amante de los autoretratos, pero al menos en el pasado le he visto reunirse con homosexuales en persona (sabiendo que lo eran, y de cierto calado público), asistir a actos legales contra la antigua ley de obligatoriedad del servicio militar e incluso interesarse por la salud de las lenguas co-oficiales dentro de la práctica religiosa. Y eso, como bien saben por ejemplo los navarros con su "arzobispo antibiótico", en esa gente es demasiado como para olvidárseme en poco tiempo, por mucho que tenga que recriminarles y por mucho que en el fondo me diga una vocecita "ya verás, ya... éste va a ser otro que tal baila".
Ignórenlos, por favor. Ni mejor ni menos malo, simplemente insignificantes es lo que tienen que llegar a ser justo antes de desaparecer.
Si, ya lo sé, soy un soñador.
"Don`t believe in much, but believe in you"
NEIL YOUNG
Julius, Blázquez, por malo que sexa, non pode ser tan odioso como Rouco Varela, do mesmo xeito que este, por moito que o intentase, nunca sería tan repugnante coma Gea Escolano. Pasa o mesmo que con Fraga: calquera outro que venha ten que ser melhor, porque peor é imposível.
Vendell, non é que vexa nel nada especialmente bon, senón que vía no anterior a alguén especialmente detestável, o peor da España negra.
Mifune, bástame con saber que Blázquez non vai exercer de brazo eclesiástico do principal partido da oposición.
Jorge, eu xa os ignoro: son eles os que non me ignoran a min.
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