caderno dun rencoroso enfermo de cinefilia
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El público en general considera con frecuencia las palabras ciencia y tecnología como sinónimas, pero no lo son. Se puede hacer una distinción en función de sus objetivos. El objetivo de la ciencia es conocer y comprender el funcionamiento del mundo natural y el mundo artificial creado por el hombre. Lo que motiva al científico es el deseo de saber y comprender. Los resultados de la Ciencia consisten en teorías y modelos, que son susceptibles de comprobación y son aceptados o rechazados basándonos en experimentos u observaciones.

Por otro lado, el objetivo de la tecnología es producir cosas que puedan satisfacer las necesidades humanas. Lo que motiva al ingeniero -el agente de la tecnología-, es el deseo de satisfacer una necesidad, ya sea real o solamente sentida. Los resultados de la tecnología consisten en aparatos, mecanismos, estrategias, procedimientos y técnicas que puedan satisfacer esas necesidades.

La ciencia explora lo que ya existe, pero la tecnología inventa y crea lo que nunca antes había existido. Por lo tanto, el sello de la tecnología es la creatividad, mientras que el sello de la ciencia es la curiosidad. Es obvio que si vamos a resolver los problemas del medioambiente y la ecología, la educación tendrá que ser capaz de generar la curiosidad y creatividad de los alumnos.

Pero ¡cuidado con las necesidades que son solamente sentidas y no reales! Imelda Marcos sentía que necesitaba 3000 pares de zapatos. Unos estudiantes de secundaria en Nueva York sentían que necesitaban revólveres porque habían asesinado a tiros a un estudiante. Hasta muy recientemente los Estados Unidos y la antigua Unión Soviética sentían que necesitaban un total de 50000 armas nucleares, aproximadamente entre 10 y 100 veces más poderosas que la bomba que cayó en Hiroshima.

Son palabras pronunciadas polo físico Albert Vinicio Baez e recollidas nun libro editado hai cousa de dez anos pola Fundación Paideia. Nacido en Puebla, México, o 15 de novembro de 1912, Albert V. Baez foi profesor nas universidades de Berkeley e Harvard, e o seu traballo no campo da óptica resultou esencial para o desenvolvemento do microscopio e o telescopio de raios X. Dirixiu a División do Ensino das Ciencias da UNESCO e realizou un cento de filmes divulgativos para a Enciclopedia Británica. Albert Baez pasou pola Coruña en varias ocasións, deixando en institucións como a Casa das Ciencias a súa pegada de home bo, ecléctico e desenfadado, o único capaz de compartir escenario cun cuarteto de corda enfiando as conexións entre a física e a música. A súa postura sobre o papel da educación segue sendo unha leción de humanismo e cordura á cal agarrarse en tempos convulsos:

¿Cuáles son los objetivos fundamentales de la educación? Sin duda lo más básico es poder leer, escribir y calcular. Estas son habilidades tan básicas que deben ser adquiridas por todo el mundo en una sociedad moderna (...) Sin embargo, al buscar objetivos básicos de la educación a un nivel filosófico más profundo yo sugeriría mis "tres ces": curiosidad, creatividad y capacidad. Como expliqué anteriormente, no puede haber ciencia sin curiosidad, ni tecnología sin creatividad. Tampoco puede haber productividad económica sin capacidad (...) Pero me pregunto si será posible ganar la lucha de la supervivencia humana usando solamente las "tres ces" como directrices. Creo que no. Porque no incluyen criterios para escoger entre lo bueno y lo malo. No incluyen una motivación para hacer un cambio fundamental hacia un modo de vivir, ni un juicio crítico sobre lo que constituye una vida mejor. Tampoco incluyen una motivación para la conservación de los seres vivientes, incluyendo a la Tierra misma, que da sustento a la vida. Finalmente, si queremos que la educación nos guíe hacia la paz, las "tres ces" no son suficientes. Hace falta algo que nos permita alcanzar la paz sin tener que usar la destrucción devastadora de la guerra moderna (...) Es mi cuarta "ce", el cariño (...) La palabra cariño no se encuentra ni en la conversación informal ni en las publicaciones profesionales de los físicos. Por eso me dio aliento y ánimo encontrar esta palabra en los textos de dos físicos destacados, Victor Weisskopf, del MIT, y Albert Einstein.

Weisskopf ha escrito: "La ciencia no se puede desarrollar si no se persigue con el fin de obtener conocimientos puros. Pero no va a sobrevivir si no se utiliza intensivamente para el bien de la humanidad, y no como instrumento de dominación de un grupo sobre otro. Hay dos elementos poderosos en la existencia humana: el cariño y la curiosidad. La curiosidad sin cariño es inhumana; el cariño sin la curiosidad es ineficaz".

Einstein ha escrito: "El ser humano es parte de lo que llamamos universo; una parte limitada en el tiempo y en el espacio. Nos experimentamos a nosotros mismos, nuestros pensamientos y nuestras emociones como algo separado del resto, como una forma de ilusión óptica de nuestra conciencia. Esta ilusión es como una prisión para nosotros, que nos limita a nuestros deseos personales y al afecto hacia unas pocas personas próximas. Nuestra tarea tiene que ser liberarnos de esta prisión, ampliando nuestro círculo de cariño hasta que abarque a todos los seres vivos y a toda la naturaleza en su belleza".

No podría imaginar un apoyo más fuerte a la idea de que el cariño está en el centro de una ética ambiental. Benito Juárez, un presidente mexicano que era hijo de indios Zapotecas, dijo una vez "El respeto al derecho ajeno es la paz". Por supuesto, él sólo tenía en mente los derechos de los seres humanos, pero si extendemos este concepto de respeto y afecto para que abarque a las plantas, los animales, la gente y aún a la Tierra misma, tendremos la base de una ética ambiental, que nos podrá conducir a la paz con la Tierra y a la paz sobre la Tierra. Este, creo yo, es el fin hacia el cual se deberían aplicar la ciencia y la tecnología.

2004-11-16, 01:00 | 8 comentarios

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Comentarios

1
De: Vendell Fecha: 2004-11-16 09:25

Oooooooooo!



2
De: Jorganes Fecha: 2004-11-16 10:24

Después del comentario de Vendell... Me quedo sin palabras. ¡Me encantó! Se nota que derrocha CARIÑO.



3
De: Yogurtu Fecha: 2004-11-16 10:54

Pawley, o de hoxe é un post para aprender... e eu aprendín.



4
De: Anónima Fecha: 2004-11-16 11:23

Yo también sentí admiración, también me quedé sin palabras, también reflexioné, también sentí cariño y alegría y también aprendí.

Si no hay inconveniente, me gustaría enviárselo por correo a los amigos (citando este sitio claro), que cuando pongo el link únicamente los muy vagos no se lo leen.

Solo me queda añadir:

¡gracias!



5
De: Vendell Fecha: 2004-11-16 12:15

Es curioso que el amor, que todos consideramos tan importante, se nos caiga en cuanto empezamos a hablar de educación. Aunque bien pensado, de lo que hablamos la mayor parte de las veces es de aprendizaje.



6
De: el paseante Fecha: 2004-11-16 12:41

la dificultad principal que entraña la labor pedagógica está, a mi modo de ver, precisamente en la manera de transmitir ese amor por el conocimiento; porque precisamente un requisito fundamental para que algo nos guste o nos interese (al menos a mi me sucede) es que ese interés no nos sea impuesto desde fuera.



7
De: mallante Fecha: 2004-11-17 00:00

Estamos vendo a serie Cosmos de Carl Sagan, eu e máis a miña filla de 9 anos. Non se pode entender esa magnífica obra _ao noso entender- sen unha enorme sensibilidade pola beleza do descubrimento. Sen cariño polos seres humanos que nos precederon e nos acompañan.



8
De: Anónimo Fecha: 2004-11-17 01:21

Sr. Pawley:

Bravísimo. Muito obrigado.



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